*Su Excelencia*
*Monseñor Pietro Cardenal
Parolin*
*Secretario de Estado de Su
Santidad*
*Ciudad del Vaticano*
*Su Despacho*
*Hemos esperado mucho para dar
respuesta a su amable y al mismo tiempo contundente comunicación de fecha
1-12-2016, dirigida por triplicado al Secretario General de UNASUR Ernesto
Samper, a Jorge Rodríguez como representante del Gobierno en la Mesa de Diálogo
y a mi persona como representante de la Unidad Democrática, en la que expone
importantes observaciones al llamado “Proceso de Diálogo Nacional”.*
*La prolongada espera obedeció
a que quisimos que el mundo viera, sin interferencia de nuestra parte, como
planteamientos tan claros, respetuosos y sobre todo tan solidarios con el
pueblo venezolano como los que -a instancias del Papa Francisco- formula usted
en la mencionada comunicación, eran respondidos desde la prepotente soberbia
por el régimen que preside el señor Nicolás Maduro. En efecto, a pesar de que
usted marcó su comunicación como “CONFIDENCIAL”, el país y la opinión pública
internacional conocieron no sólo los términos de su carta sino también las
expresiones poco respetuosas y ciertamente insolentes de la respuesta enviada a
El Vaticano por el representante oficialista. Ante esta situación, nos
permitimos emitir esta respuesta utilizando el formato de Carta Abierta, en
virtud de que sus contenidos pudieran efectivamente revestir algún interés
público. En ese sentido, nos dirigimos respetuosamente a usted, y por su
intermedio al Santo Padre, para expresar lo siguiente:*
*1. Coincidimos plenamente con
lo expresado por usted en el primer punto de su comunicación, cuando afirma que
“los derechos se respetan, no se negocian”. Sabemos que ese ha sido siempre el
ánimo que ha signado la participación del Vaticano en la búsqueda de resolución
pacífica al conflicto venezolano: Procurar alcanzar el “bien común del pueblo”
mediante un diálogo que no sea un “ejercicio estéril y frustrante”, sino que se
caracterice por “la voluntad seria de respetar los eventuales acuerdos
alcanzados y su puntual aplicación”. Si bien para la opinión pública
internacional puede resultar insólito que razonamientos como estos, de
corrección y buena fe, puedan ser considerados como “injerencismo” por el
régimen de Nicolás Maduro, a los venezolanos no nos sorprende pues tenemos
muchos años recibiendo respuestas como esas, agresivas y desconsideradas, a las
justificadas exigencias de trabajo y respeto, de alimentos y medicinas, de
democracia y libertad que nuestro pueblo le hace a un gobierno que ha manejado
la más alta cantidad de dinero que ningún gobierno venezolano haya manejado
jamás en toda la historia de la República.*
*2. Igualmente le manifestamos
que la inmensa mayoría del pueblo venezolano se siente fielmente expresado en
las cuatro “DEMANDAS” que “respetuosamente pero con firmeza” formula la Santa
Sede en su comunicación, y que a continuación citamos:*
*2.1.: “Implementación urgente
de las medidas destinadas a aliviar la grave crisis de abastecimiento de comida
y medicinas que esta sufriendo la población”, medidas que la Unidad ha resumido
como la necesidad urgente de abrir un CANAL HUMANITARIO para atender a las más
urgidas víctimas de la crisis.*
*2.2.: Que “las partes
CONCUERDEN el calendario electoral que permita a los venezolanos decidir sin
dilaciones su futuro”*
*2.3.: Que “se tomen las
medidas necesarias para restituir cuanto antes a la Asamblea Nacional el rol
previsto en la Constitución”*
*2.4.: Que “se apliquen los
instrumentos legales para acelerar el proceso de liberación de los detenidos”, es
decir, de nuestros hermanos PRESOS POLÍTICOS, demanda a la que agregamos el
regreso de todos los exiliados por motivos políticos y la anulación de todas
las causas judiciales abiertas con propósito de persecución política.*
*Estas demandas que a través de
su comunicación la Santa Sede planteó fueran satisfechas “antes del encuentro
del 6 de diciembre”, aun hoy no lo están. Por el contrario, en materia
electoral se han producido retrocesos (al ratificar el régimen a través de un
ardid judicial la composición de un Consejo Electoral sesgado políticamente e
ilegalmente constituido) e igualmente se han producido retrocesos en el respeto
a la soberanía popular expresada en la Asamblea Nacional, cuya instalación el
próximo 5 de Enero esta rodeada de amenazas de desconocimiento y agresión por
parte de voceros oficialistas. En áreas igualmente importantes, como la
libertad de los presos políticos y la atención a las víctimas de la crisis
humanitaria, se han producido gestos tímidos, insuficientes, que no representan
ni una real reparación a los daños inferidos ni un auxilio a las víctimas de
las dimensiones y seriedad que la crisis reclama.*
*3. Igualmente queremos
destacar ante su atención, Cardenal Parolin, que en los 24 días transcurridos
desde el momento en que emitió usted su comunicación hasta el instante en que
le escribo esta respuesta, la crisis económica y social sobre la cual cabalga
el conflicto político venezolano se ha hecho aún más veloz e inflamable:
Hambre, tristeza y crimen son las tres palabras que resumen el perfil de la
Navidad venezolana 2016. Al adoptar medidas de carácter monetario en forma
desordenada e improvisada el régimen provocó una serie de protestas populares
espontáneas que degeneraron en masivas agresiones del hampa común contra la
ciudadanía, las cuales fueron perpetradas sin que la fuerza pública defendiera
la vida y los bienes de la población inerme. Varias personas fallecidas y
cientos de comercios saqueados fueron el resultado de tan inexplicable proceder
oficial. Es así como cierra este 2016 venezolano, y esa es la preocupante
perspectiva de inicio del 2017.*
*4. Es evidente que al no estar
satisfechas aun las demandas que la Santa Sede consideraba indispensables para
antes del 6 de diciembre, no existen condiciones para restituir el próximo 13
de Enero un diálogo directo entre las partes. Pero si es muy importante que a
través de los mecanismos que considere eficientes y oportunos la Santa Sede (y
ojalá también los demás “facilitadores”) puedan verificar sobre el terreno el
no cumplimiento de los acuerdos reuniéndose con los familiares de los presos
políticos, con las víctimas de la crisis humanitaria, con los representantes de
la Soberanía Popular expresada en la Asamblea Nacional, con los trabajadores
que quedaron sin empleo tras los saqueos inducidos por la irresponsabilidad
oficial, con los empresarios empujados a la quiebra por un gobierno que los
obligó a vender por debajo de sus costos de producción, y con todos los demás
actores de esta compleja hora venezolana, que no tienen posibilidad de
interlocución alguna con un gobierno que no sabe dialogar respetuosamente ni
siquiera con algunos de los facilitadores internacionales que él mismo invita.*
*5. Monseñor Pietro Cardenal
Parolin: Esta noche es Noche Buena, y mañana es Navidad. La Humanidad celebra
en estas horas como Jesús Niño, eludiendo a Herodes y sus asesinos, logra nacer
y traer a los hombres su mensaje de justicia y redención. Por eso creemos
oportuna precisamente esta fecha para enviarle esta misiva, porque deseamos
también evadir y vencer a los Herodes de la violencia para que así Venezuela
pueda renacer como el país de oportunidades, pesebre de perseguidos y auxilio
de necesitados que durante décadas fue. Para ello los venezolanos seguimos
necesitando la ayuda espiritual, política y diplomática de toda la Comunidad
Internacional. Reciba usted, Cardenal, la certeza de nuestro agradecimiento, nuestra
profunda estima y total consideración, y rogamos transmita al Santa Padre
nuestros votos porque Dios lo siga bendiciendo con la salud y la lucidez
necesaria para que continúe exitosamente su apostolado, siendo referente
espiritual y moral para millones de hombres y mujeres de buena voluntad.*
*Atentamente, quedo de usted,*
*Jesús Torrealba*
*Secretario Ejecutivo de la
Mesa de la Unidad Democrática*
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