El texto completo del mensaje Daniel Habif, el hombre que hizo llorar a todo
Cúcuta
22 de febrero
de 2019
Daniel Habif
pronunció un mensaje a la multitud en Cúcuta que emocionó a todos los presentes
Fue uno de los momentos más conmovedores del Venezuela Aid Live. Cientos de venezolanos lloraron y se emocionaron al escuchar la fortaleza de su mensaje. Al sentir hablar de los gochos, los llaneros, los maracuchos, los orientales y los "caraqueños imparables". Fue el mensaje dado por el mexicano Daniel Habif.
Fue uno de los momentos más conmovedores del Venezuela Aid Live. Cientos de venezolanos lloraron y se emocionaron al escuchar la fortaleza de su mensaje. Al sentir hablar de los gochos, los llaneros, los maracuchos, los orientales y los "caraqueños imparables". Fue el mensaje dado por el mexicano Daniel Habif.
Este es el
texto completo del discurso que pronunció en Cúcuta, Colombia, en la frontera
con Venezuela, donde se espera poder transportar la ayuda humanitaria.
"No
existe mejor frase que la que inicia con un 'gracias'. Gracias, Venezuela.
Gracias por aguantar, gracias por soportar el peso del dolor. Gracias por
soportar la indiferencia de tantos. Gracias por no darte por vencida y curtirte
en el terror. Gracias por no darte por vencida. Gracias, porque hay que ser muy
valientes para sonreír cuando estamos quebrados por dentro. Gracias por darnos
un motivo más profundo que nuestras conveniencias a todos los que hemos subido
en este escenario. Gracias por esperarnos.
Este
mexicano… les ama y les soñaba hace mucho. Y estamos cara a cara y es la
primera vez que la realidad le gana a un sueño. Ustedes son más bellos en
persona. ¡Qué glorioso se mira el pueblo bravo! ¡Y aquí estamos! Y vamos bien…
¿qué digo bien? ¡Vamos muy bien! Vamos con cicatrices y llantos, pero feroces
luchadores ¡Gochos! ¡Llaneros! ¡Maracuchos! ¡Orientales! ¡Caraqueños
imparables!
Insisto y
repito: nada es pequeño cuando se habla de esta patria porque estamos hablando
de gigantes. ¡Estamos hablando de Venezuela, carajo! ¿Cuántos soñadores hay
aquí? Allí atrás: ¿cuántos soñadores hay aquí? Querido soñador: tu trabajo es
hacer de la realidad un plano más profundo. Es decir al mundo moderno y a la
realidad distorsionada que con él y sus sueños no se juega. El trabajo de un
soñador es imaginar cómo acabar con el dolor ajeno. Cómo abrir fronteras. Cómo
rellenar todos los estómagos vacíos. Cómo sanar los corazones rotos, los
espíritus abatidos. Cómo dar techo y vestido a todos. Cómo romper con los muros
y construir los puentes. Cómo reconciliar a toda la raza humana. El trabajo de
un soñador es enfrentar la desquiciada ironía del pragmatismo. Un soñador sueña
con bombas que se convierten en dulces caricias. Balas que se convierten en
manos que se estrechan y jaulas que no tienen candados. ¿Cuántos creen que vale
la pena soñar con esto? Claro que vale la pena porque la paz es un sueño que
vale la pena soñar toda la vida. ¡Venezuela no dejes de soñar nunca! ¡Tú no
perdiste tu sueño, sólo te nublaron la vista! Pero hoy has recuperado la visión
y nada ni nadie te detendrá.
Hoy me han
enviado a decirte que la generación que se gestó en el dolor y la esclavitud
mental se romperá. La lluvia tardía ha llegado… la cosecha será tan abundante
que serás tú quien envíe la ayuda humanitaria a otras naciones.
Venezuela:
hoy no será tu muerte, sino tu nacimiento. Y muy pronto dormirás como Dios te
trajo al mundo: ¡sin miedos! ¡sin cadenas! ¡sin hambre! ¡sin dolor! Te aseguro
que muy pronto Dios sentará en primera fila a quienes te menospreciaron para
que sean testigos en el momento en el que él te ponga a volar. Todos los
venezolanos que tuvieron que huir regresarán a su hogar. Recuperarán su
resplandor y tu luz no será pasajera y de las entrañas del dolor nacerá una
nación cumbre que cambiará al mundo con amor. Recibirás coronas que no se
rompen con el orín o la polilla. Que espera agazapado a Venezuela como el León
de Juda. Tus colmillos se están afilando y rugirás tanto que romperás las
ventanas de los cielos y pronto dejarás de ser alimento de tu verdugo. Y tu serás
el depredador del mal. Ellos tendrán que pedir refuerzos pero nadie responderá
porque los que aún están ciegos muy pronto verán. Se cambiaron de bando porque
traicionar al mal es hacer el bien.
¡Y usted,
Nicolás, se pudrió antes de madurar! Sepa esto: que el líder más poderoso del
mundo no es aquel que tiene un ejército a su mando o una fortuna a sus pies o
un centenar de sirvientes o un millar de mujeres o una bomba nuclear al pulso
de su pulgar. O un dictador que domina las masas y las mentes con miedo y
terror de hecho, esos hombres suelen ser niños escondidos, mimados y
aterrorizados que usan el peso del poder como su amuleto de debilidad. El líder
más poderoso es aquel que no le entrega el poder a nadie de hacer daño y le
entrega el poder a Dios de hacer con él lo que quiera. El líder más poderoso
del mundo es aquel que ama más a otros que a sí mismo, aquel que conquista sin
dejar un rastro de sangre, que desarme ejércitos y abre fronteras. El que
trafica con el bien.
Señor
Nicolás, recuerde bien este día porque serán sus propios aliados quienes le
morderán sus tobillos. Cada día podrá dormir menos y las pesadillas serán más
reales. El pájaro que le hablará en esta ocasión será buitre dándole la cita de
su partida. Su fuerza bruta solo demuestra su debilidad de su espíritu. Mire
bien a este mexicano con corazón en forma de arepa. Le aseguro que los enanos
mentales son aplastados por gigantes espirituales… y en Venezuela ¡sobre
abundan los gigantes!
Aquí hay una
legión que no podrán desgastar, que no se cansará y que se está fortaleciendo,
las vendas se han caído y las trompetas ya sonaron en todas las naciones y
hordas de ángeles borrarán lo negro de su legado. Será borrado de los anaqueles
de la memoria y tu nombre no será repetido y por fin serás castigado con el
olvido junto con tus secuaces. La fe ha sido activada como cañón. Ya está en
camino y tú serás el objetivo Venezuela. Queridos: siempre habrá días difíciles
donde el dolor será paralizante. Pero nada en la Tierra es para siempre. Tú
pudiste haberlo perdido todo estos últimos 20 años, pudieron haberte
robado todo, pero aún tienes vida para recuperarlo todo. Hoy lo intentaremos de
nuevo. Porque ha llegado el momento, la hora donde tendrás la victoria total.
La única
manera de acabar con el mal es estar enfocados en el bien. No hay fronteras
entre nosotros. Mírate bien, Venezuela. Tú no eres de abajo. Tú eres de arriba.
Tú tienes garras y alas, no escuches a los que se arrastran y serpentean. Estás
hecho para las alturas. Sé que estos últimos años te han quebrado, pero tu voz
es más poderosa que todas las tinieblas juntas. Venezuela, en ti hay poder.
Muchos te
dirán mañana que no vale la pena volver a luchar, pero falta poco para que esas
lágrimas tenga su recompensa y esas heridas sean transformadas en risas. Es
tiempo de limpiarse y sacudirse el polvo y aprender que de las malas rachas
nacen las buenas etapas. ¿Saben, queridos?
Ayer le
pregunté a Dios de rodillas que qué quería que yo dijera hoy aquí. Y él les
manda a decir que ¡les ama y que con ello les basta! Y como diría el Alma
Llanera: yo nací en esta ribera del Arauca vibrador, soy hermano de la espuma,
de las garzas, de las rosas y del sol y del sol. Venezuela, tú eres un sol que
arde y da calor. Tú eres una antorcha que cura la oscuridad. Venezuela, nunca
más te anticipes a tu derrota. Deja de renunciar sin que nadie te lo haya
pedido. A partir de hoy, sólo habla victorias. Y aunque la vida nos tumbe los
dientes, seguiremos firmes porque nada ni nadie puede detener a una nación que
jamás se da por vencida. Y hoy, todos los que estamos aquí doblaremos nuestras
rodillas y las usaremos como granadas para que las fronteras sean abiertas y lo
que Dios toque jamás sea cerrado. Venezuela, ¡ruge! ¡ruge! ¡ruge!"
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