domingo, 14 de octubre de 2018
ORACIÓN FÚNEBRE DE ANDRES ELOY BLANCO
Con motivo del asesinato del concejal Fernando Alban vale la pena recordar la oraciòn fúnebre que pronunciò el Poeta, Andrés Eloy Blanco cuando la dictadura de Pérez Jiménez asesinó a Leonardo Ruiz Pineda: *_
"Pero es torpe el verdugo; no comprende que los que van cayendo son solamente intérpretes; el capital es otro, el de pies y cabeza innumerables, el pueblo que es la fuente y el fin de la justicia; que los que él asesina los resucita el pueblo; que los que él hace caer aquí, los hombres, las mujeres y los niños los alzan más allá, y en la forja de apóstoles y mártires el pueblo los levanta de la sangre y la tierra, los eleva al bronce de las estatuas y los llevarà en sus hombros a la solemne paz de los panteones, y los pone en los labios de la Patria que nace, en el aire sin mancha de la escuela, y los arrulla con la canción de cuna, para dormir al niño que lleva sus nombres. Mientras el verdugo, sólo tendrá en la historia el papel secundario y sombrío de acompañar al mártir como el villano al héroe, como el hueco de sombra que en la luz se hizo, como el hombre amargo, cualquiera innecesario, que le gritó a Pilatos: "Perdona a Barrabàs y mata a Cristo", Torpe y bruto el verdugo, que a cambio de un mendrugo de poder, que no podrá durar más que su vida, ganó el triste renombre del que esgrimìó el flagelo, del que tiró la piedra, del que trenzó el espino, del que buscó la cruz, del que enterró los clavos, del que sirvió la hiel, del que clavó el lanzazo, para que asì quedara, redonda y sin defectos, la fábrica del mártir, la estatua del maestro"
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