Tal como hemos visto y
oído, en las anteriores intervenciones, es vital, para lograr un proceso de
cambio hacia una Venezuela democrática, celebrar acuerdos en materia de políticas
tendentes a empoderar a los ciudadanos, pero es necesario adecuar nuestra
legislación para alcanzar esos objetivos.
Desde la Asamblea
Nacional, a pesar del saboteo continuado del régimen a la labor legislativa, se
ha logrado ir desmontando toda una legislación paralela, inconstitucional,
promovida desde el Ejecutivo Nacional y la ilegítima Asamblea Nacional
Constituyente; sin embargo, estamos conscientes que esa labor nuestra, aunque
desconocida por el gobierno, formará parte del Derecho Positivo venezolano
cuando salgamos de esta pesadilla. ¡No tengamos ninguna duda de ello!
Por eso, en el
documento que hoy presentamos a la consideración del pueblo venezolano y el
mundo, ratificamos que es necesario sustituir el modelo centralizado de
controles de la economía, por un modelo de libertad y de mercado basado en el
derecho de cada venezolano a trabajar bajo las garantías de los derechos de
propiedad y libertad de empresa.
En ese sentido el
Estado promoverá políticas de estímulo a la producción mediante el diálogo
constructivo, entre la sociedad civil y el sector privado organizado,
estimulando el emprendimiento como fuerza social dinamizadora de la economía y
para lograr los objetivos anteriores, deben desmontarse legislativamente los
controles centralizados que destruyeron el emprendimiento de los venezolanos,
dando prioridad a la reactivación y estimulando la sana competencia, como
mecanismo de autorregulación del mercado, entendiendo la importancia medular de
los sectores de la cadena productiva agroalimentaria, farmacéutica e industrial
en general, dentro del marco de los demás sectores de la economía.
En especial, deberán
desmontarse los controles derivados de una legislación, en lo económico, más
que expropiatoria, confiscatoria de la propiedad privada. Y en materia social,
debe ser reformada la Ley de Consejos Comunales y Comunas cuya reforma ya fue
introducida, por la fracción mayoritaria de la alternativa democrática, en la
Asamblea Nacional, para que esos órganos del poder local no estén al servicio
de una parcialidad política antidemocrática, sino dedicados al bienestar de sus
esferas de influencia.
Asimismo, se promoverá
un marco jurídico que genere confianza y estimule la producción, a la par que
proteja efectivamente los derechos de los trabajadores, su capacitación y la
libertad sindical que han sido vulnerados por este régimen que ha acabado con
la contratación colectiva y la progresividad de los derechos de los
trabajadores.
Deberá restituirse la
garantía de la propiedad privada para hacer de cada venezolano el propietario
de los medios que requiere, para asegurar su bienestar y el bienestar de la
sociedad. De igual manera, se restablecerán los derechos de todos los
propietarios afectados por expropiaciones arbitrarias y demás medidas similares,
incluyendo las justas compensaciones a que haya lugar.
Las Leyes que regulan
inconstitucionales procedimientos expropiatorios van a ser derogadas.
Se formulará un Plan
de Desarrollo Agropecuario orientado a estimular la producción nacional para el
abastecimiento de alimentos estratégicos para los venezolanos, así como para
impulsar la agenda Exportable. Para ello los ganaderos y empresarios del campo,
junto a sus trabajadores, se han estado reuniendo con nuestros legisladores
para producir todo un entramado jurídico que sea el impulsor de esas políticas
de rescate de la agricultura y la cría, para hacernos un país autoabastecido al
más corto plazo, una vez que salgamos de esta terrible crisis de
abastecimiento, generada gracias a esa política comunista atrasada y demodé que
vamos a derrotar y a desmontar legalmente.
Las políticas públicas
en el sector industrial se orientarán a agregar valor nacional, de cara a crear
una adecuada plataforma de exportaciones que fortalezca la balanza comercial,
colocando énfasis en el desarrollo del talento humano como instrumento para
avanzar en la manufactura de productos de mayor valor agregado, con empresas
enfocadas en la productividad y en la competitividad.
En ese sentido debemos
tomar en cuenta propuestas legislativas que provienen del sector privado y, muy
especialmente, de una de las ramas industriales que mayor empleo generan y que
se comporta como la locomotora que arrastra al resto de los vagones de la
economía: la industria de la Construcción, cuya Cámara Nacional ha presentado a
la Asamblea Nacional un Proyecto de Ley Marco para la Promoción y reactivación
de la Industria de la Construcción y otros Sectores Conexos con rango de Ley
Orgánica y cuya finalidad es remover los obstáculos que desincentivan la construcción
de viviendas. Impulsar condiciones equitativas entre el inversionista y el
promotor en la preventa y venta de inmuebles. Y lo más importante, promover la
construcción en áreas de infraestructura turística, en institutos de educación,
en centros de asistencia médica, vialidad, centros deportivos y puertos y
aeropuertos. Así como desarrollar programas de construcción de viviendas para
atender el déficit habitacional.
Por otra parte, este
proyecto de País que hoy presentamos a los venezolanos, pretende lograr el
restablecimiento de los mecanismos de mercado para favorecer el crecimiento
productivo y, para tal fin, se apoyará en el fortalecimiento de la
intermediación financiera por el sector bancario, para lo cual se establecerá
una regulación que favorezca su solvencia, liquidez y eficiencia con criterios
de inclusión, eliminando controles asfixiantes que afecten su rol e incrementen
indebidamente sus costos. Se deberán restablecer los acuerdos de
corresponsalías con la banca global para apalancar el comercio internacional y
favorecer mecanismos de garantía y estímulo al comercio.
Los servicios
públicos, especialmente en sectores como la electricidad y el servicio de agua
potable, serán sometidos a medidas de emergencia que permitan su recuperación,
incluso, a través de asociaciones público-privadas que garanticen su gestión
universal en beneficio de todos los venezolanos.
Para construir una
adecuada capacidad estatal, se promoverán reformas orientadas a reconstruir la
gobernanza de la Administración Pública para transformar a ésta en una
institución al servicio del desarrollo productivo de los venezolanos, en el
marco de los principios de sometimiento pleno a la Ley y al Derecho, de
participación ciudadana y de transparencia.
Vamos, en fin, a
rescatar el Estado de Derecho, con una legislación trasparente que otorgue la
seguridad jurídica imprescindible para que la inversión privada nacional e
internacional sienta confianza en venir a invertir a un país con inmensas
potencialidades, para revertir la tendencia de ser una nación, como hasta
ahora, espanta capitales y volver a ser lo que fuimos durante los mejores 40
años de vida republicana: un país capta capitales, para que además podamos
ofrecer esa nueva Nación a nuestros muchachos que se fueron porque no veían
futuro en Venezuela.
Pensando en la
dolorosa diáspora de compatriotas que han tenido que irse de su patria a
aventurar a otras tierras, la fracción de la unidad democrática ha presentado,
a la Asamblea Nacional, el Proyecto de Ley de Migración del Retorno. Es una Ley
de transición que va a favorecer a nuestros compatriotas para regular y
promover el retorno de todos ellos, sobre todo para que sepan nuestros
muchachos y contemporáneos que el día de mañana, cuando vivamos en democracia,
no se sientan desarraigados, para garantizarles la reinserción a su patria con
toda dignidad. Este instrumento es importante, para que el mundo sepa que no
abandonamos a nuestra gente y no avalamos el desastre y la depresión colectiva
que ha significado esa diáspora, queremos garantizarles ese regreso,
apalancados en la vía legislativa, para que vengan a ayudarnos en la inmensa
tarea de reconstruir a Venezuela.
Son muchas las leyes
que habrá que derogar y otras promulgar, no planteamos una nueva Constitución,
porque la vigente se hizo de todos los venezolanos cuando el Presidente Hugo
Chávez la quiso reformar, para hacerla involucionar y el pueblo se opuso a
ello, provocando la primera gran derrota del régimen en una consulta electoral.
Ya llegará el día de
tener un gobierno que la aplique y respete para que no sea letra muerta como
hoy. Ese será el momento cumbre de la democracia, cuando podamos emular al gran
constitucionalista que fue Andrés Eloy Blanco quien dijo, al promulgar la
primera Constitución democrática de Venezuela, en 1947, palabras muy actuales,
como las siguientes:
"La democracia
está de pie en la encrucijada de las más trágicas codicias. Por eso, como las
hermosas mujeres, tiene sus dientes y sus uñas para los sátiros de la voluntad
de dominio. Pero ella sola no lo es todo. Cuando una Asamblea hace una
Constitución, hace el espejo de un pueblo. Cuando se hace el espejo de un
pueblo, tiene que haber un buen pueblo para mirarse en él. Cuando se hace una
Constitución, se hace un código de moral, pero no se hace una moral; cuando se
hace una Constitución se hace una norma de conducta; cuando se hace una
Constitución, se hace una ley de buen gobierno, pero no se hace un buen
gobierno. Es el uso de ella, es el empleo de las facultades que ella confiere,
es el timón bien llevado, es la proa siempre puesta a la justicia, lo que de
ella va a infundir la grave responsabilidad en la conducta de los gobernantes.
Ella es la Constitución. Pero todo lo que se haga de acuerdo a sus mandamientos
y atribuciones, ha de ser un acto constitucional".
Vamos a salir de esta
pesadilla para no tener que repetir la triste admonición de Andrés Eloy, cuando
decía que: "nuestra patria estaba más poblada en la gloria que en la
tierra, la que algo tiene y nadie sabe dónde, si en la leche, en la sangre o en
la placenta, que el hijo vil se le eterniza adentro y el hijo grande se le
muere afuera”.
En esta propuesta del
Plan País estamos todos, empinados por encima de antiguas diferencias, para que
más bien podamos decir, con el pecho lleno de emoción venezolana, que nuestros
muchachos volverán, porque sí hay futuro en la mejor nación del mundo como lo
será, de nuevo, nuestra querida Venezuela.
Finalmente, recordemos
lo que decía el filósofo español Julián Marías, discípulo del famoso Maestro
José Ortega y Gasset, a la muerte de Franco y el renacer de la libertad en la
Madre Patria: “con la llegada de la democracia se le ha devuelto España a los
españoles”. Parodiándolo, digamos hoy al mundo que esta alternativa democrática
será cada vez más amplia e inclusiva y, por ello, muy pronto con la democracia
reconstituida, podamos decir: Le vamos a devolver Venezuela a los venezolanos.
Señoras, Señores.
Antonio Ecarri Bolívar