viernes, 7 de diciembre de 2018

60 AÑOS DEL TRIUNFO DE RÓMULO BETANCOURT



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ACCIÓN DEMOCRÁTICA
Comité Ejecutivo Nacional 
Caracas, 7 de diciembre 2018
EL CEN DE ACCIÓN DEMOCRÁTICA A LOS 60 AÑOS DEL TRIUNFO DE RÓMULO BETANCOURT
 
El 7 de diciembre de 1958 se celebraron las primeras elecciones democráticas, desde el Gobierno defenestrado por los militares, de Rómulo Gallegos, el 30 de noviembre de 1948. Hoy conmemoramos 60 años de ese triunfo popular.
Las primeras elecciones democráticas que se celebraron, después del derrocamiento de la dictadura perezjimenista, las ganó ampliamente Rómulo Betancourt y Acción Democrática, porque el pueblo venezolano premiaba así, la consecuencia en la lucha contra la tiranía, de El Partido del Pueblo por reconquistar la democracia y la libertad.
Los resultados electorales fueron los siguientes: Rómulo Betancourt, 1.284.092 votos; Wolfgang Larrazábal, 903.479 votos; Rafael Caldera, 423.262 votos. Los partidos políticos que concurrieron, con la tarjeta pequeña para cargos en los cuerpos deliberantes fueron los siguientes: AD, 1.275.973 votos; URD, 690.357 votos; Copei, 392.335 votos; PCV, 160.791 votos. Tres partidos minoritarios, el MENI, el PST e Integración Republicana obtuvieron 14.908, 15.457 y 19.424 votos, respectivamente. De acuerdo con estos resultados, la integración parlamentaria sería la siguiente: AD, 32 senadores y 73 diputados; URD, 11 senadores y 34 diputados; Copei, 6 senadores y 19 diputados, y el PCV, 2 senadores y 7 diputados.
Betancourt ahora es Presidente por la vía electoral. Al día siguiente de las elecciones, el presidente electo comienza a entrevistarse con todos los sectores de la vida nacional: empresarios, obreros, campesinos, dirigentes estudiantiles y, sobre todo, visita los más importantes cuarteles y guarniciones militares, consciente como estaba de las inmensas dudas y recelos que diez años de propaganda en su contra había sembrado la dictadura en el estamento militar. Rómulo Betancourt daba garantías a los militares de su respeto incondicional por la institucionalidad militar y la más estricta observancia a la no injerencia de la política en los asuntos atinentes al estamento castrense.
Ramón J. Velásquez cita las palabras que Betancourt repetía en sus visitas a los cuarteles:
“Yo soy un político y, por tanto, un hombre polémico, un hombre sobre quien se discute con pasión. Ustedes durante diez años han sido objeto de una campaña encaminada a desfigurar mi pensamiento, así como el programa de Acción Democrática. Hoy soy presidente de la República por la voluntad mayoritaria del pueblo expresada en las urnas electorales el pasado 7 de diciembre. Sería faltarme el respeto a mí mismo y faltarles a ustedes el respeto pedirles que cambien de opinión sobre Rómulo Betancourt por el simple hecho de que ahora no es un exilado, sino el presidente constitucional de la República. Yo sólo voy a pedirles que respeten el orden institucional de la República, que sean guardianes de la Constitución y de la voluntad del pueblo. Por mi parte, les garantizo que durante mi mandato la institución armada no será objeto de ninguna maniobra partidista y que se respetará en todo momento el espíritu y la fisonomía que a la misma conforma, de institución al servicio de la República y no del personalismo”.
Eran las palabras de un verdadero hombre de Estado que venía a gobernar con criterio amplio, con sentido de respeto a las instituciones, pero con la firmeza de defender un gobierno que venía de ser legitimado por la voluntad de los venezolanos, por lo que tenía que enfrentar las agresiones de derecha e izquierda con toda la entereza que se le conocía.
AD SIEMPRE HA SIDO UN PARTIDO QUE AUSPICIA LA UNIDAD NACIONAL
Lo más importante del nuevo gobierno que formó Rómulo Betancourt después de haber tomado posesión de su cargo es que por primera vez en la historia de Venezuela se conformaría un gobierno no monocolor, sino en concordancia con la figura, sin precedentes, del cogobierno de tres organizaciones partidistas que acababan de confrontarse en las últimas elecciones: AD, Copei y URD. Por supuesto, todo ello ajustado al acuerdo suscrito el 31 de octubre del año anterior conocido como “Pacto de Punto Fijo”.
Betancourt pudo explicar a la nación la razón política de ese acuerdo inédito cuando, en su “Mensaje al Congreso Nacional” el día 13 de febrero de 1959 al tomar posesión como primer magistrado, dijo lo siguiente:
“He podido llegar a un acuerdo de fondo con los partidos políticos a través de sus jefes, doctores Jóvito Villalba y Rafael Caldera, para la integración de un gobierno de ancha base nacional, donde tienen los partidos adecuada representación, así también los sectores de la producción sin ubicación partidista y los grupos técnicos. Acción Democrática, con gesto que me ha conmovido y obligado aún más con esa colectividad política que contribuí a crear, me relevó de responsabilidades disciplinarias para la escogencia del equipo ministerial, dejando libertad cabal para integrar el gobierno en la forma que conceptuara más apropiada a la buena marcha de la República. Y así he procedido, animado de la mejor buena fe, empeñado con sinceridad en acertar, deseoso de procurar lo mejor para Venezuela, aun a riesgo de parecer como inconsecuente con personas de mi mejor amistad y con capacidad de servicio público, quienes en esta oportunidad no ocuparán cargos en el Gabinete, porque en ellos estarán otros venezolanos preceptuados por mí como expresión tangible de la idea de un gobierno de ancha base venezolana, prometido a la nación cuando la recorrí de un extremo a otro de su amplia geografía, exponiendo en las tribunas públicas lo que serían lineamientos de mi conducta como gobernante si resultaba electo Presidente de la República”.
Los cinco años del gobierno del compañero Rómulo Betancourt fueron de dura lucha contra conspiraciones civiles y militares de todo tipo, pero al final salió triunfante y pudo entregar la banda presidencial a otro compañero de partido: Raúl Leoni Otero, todo gracias a una política correcta desarrollada sin esguinces de ningún tipo. Triunfó la libertad y la democracia. Hoy, sesenta años después, El Partido del Pueblo sigue su política coherente de unidad de todas las fuerzas democráticas para rescatar la libertad perdida.
En el desarrollo de esa política planteamos, la unidad de todos los sectores democráticos en el propósito de unirnos, al lado de todas la naciones amigas que exigen elecciones libres, como única vía de presionar a este régimen, tiránico e ilegítimo, para que se vea obligado a confrontarse en las urnas electorales, donde los demócratas somos mayoría y vamos a triunfar. Hace sesenta años lo logramos, hoy podemos y debemos repetir la historia del triunfo de la civilización contra la barbarie.            
¡Honor y Gloria a Rómulo Betancourt y a todos los partidos democráticos que respaldaron y sostuvieron su gobierno democrático!
 ¡Honor y Gloria a Acción Democrática y su política de amplitud democrática!
“Por una Venezuela Libre y de los Venezolanos”

El Comité Ejecutivo Nacional de Acción Democrática

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