miércoles, 19 de diciembre de 2018

INTERVENCIÓN DEL DIPUTADO ANTONIO ECARRI BOLÍVAR EN LA PRESENTACIÓN DEL PLAN PAÍS


Tal como hemos visto y oído, en las anteriores intervenciones, es vital, para lograr un proceso de cambio hacia una Venezuela democrática, celebrar acuerdos en materia de políticas tendentes a empoderar a los ciudadanos, pero es necesario adecuar nuestra legislación para alcanzar esos objetivos.
Desde la Asamblea Nacional, a pesar del saboteo continuado del régimen a la labor legislativa, se ha logrado ir desmontando toda una legislación paralela, inconstitucional, promovida desde el Ejecutivo Nacional y la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente; sin embargo, estamos conscientes que esa labor nuestra, aunque desconocida por el gobierno, formará parte del Derecho Positivo venezolano cuando salgamos de esta pesadilla. ¡No tengamos ninguna duda de ello!
Por eso, en el documento que hoy presentamos a la consideración del pueblo venezolano y el mundo, ratificamos que es necesario sustituir el modelo centralizado de controles de la economía, por un modelo de libertad y de mercado basado en el derecho de cada venezolano a trabajar bajo las garantías de los derechos de propiedad y libertad de empresa.
En ese sentido el Estado promoverá políticas de estímulo a la producción mediante el diálogo constructivo, entre la sociedad civil y el sector privado organizado, estimulando el emprendimiento como fuerza social dinamizadora de la economía y para lograr los objetivos anteriores, deben desmontarse legislativamente los controles centralizados que destruyeron el emprendimiento de los venezolanos, dando prioridad a la reactivación y estimulando la sana competencia, como mecanismo de autorregulación del mercado, entendiendo la importancia medular de los sectores de la cadena productiva agroalimentaria, farmacéutica e industrial en general, dentro del marco de los demás sectores de la economía.
En especial, deberán desmontarse los controles derivados de una legislación, en lo económico, más que expropiatoria, confiscatoria de la propiedad privada. Y en materia social, debe ser reformada la Ley de Consejos Comunales y Comunas cuya reforma ya fue introducida, por la fracción mayoritaria de la alternativa democrática, en la Asamblea Nacional, para que esos órganos del poder local no estén al servicio de una parcialidad política antidemocrática, sino dedicados al bienestar de sus esferas de influencia.
Asimismo, se promoverá un marco jurídico que genere confianza y estimule la producción, a la par que proteja efectivamente los derechos de los trabajadores, su capacitación y la libertad sindical que han sido vulnerados por este régimen que ha acabado con la contratación colectiva y la progresividad de los derechos de los trabajadores.
Deberá restituirse la garantía de la propiedad privada para hacer de cada venezolano el propietario de los medios que requiere, para asegurar su bienestar y el bienestar de la sociedad. De igual manera, se restablecerán los derechos de todos los propietarios afectados por expropiaciones arbitrarias y demás medidas similares, incluyendo las justas compensaciones a que haya lugar.
Las Leyes que regulan inconstitucionales procedimientos expropiatorios van a ser derogadas.
Se formulará un Plan de Desarrollo Agropecuario orientado a estimular la producción nacional para el abastecimiento de alimentos estratégicos para los venezolanos, así como para impulsar la agenda Exportable. Para ello los ganaderos y empresarios del campo, junto a sus trabajadores, se han estado reuniendo con nuestros legisladores para producir todo un entramado jurídico que sea el impulsor de esas políticas de rescate de la agricultura y la cría, para hacernos un país autoabastecido al más corto plazo, una vez que salgamos de esta terrible crisis de abastecimiento, generada gracias a esa política comunista atrasada y demodé que vamos a derrotar y a desmontar legalmente.
Las políticas públicas en el sector industrial se orientarán a agregar valor nacional, de cara a crear una adecuada plataforma de exportaciones que fortalezca la balanza comercial, colocando énfasis en el desarrollo del talento humano como instrumento para avanzar en la manufactura de productos de mayor valor agregado, con empresas enfocadas en la productividad y en la competitividad.
En ese sentido debemos tomar en cuenta propuestas legislativas que provienen del sector privado y, muy especialmente, de una de las ramas industriales que mayor empleo generan y que se comporta como la locomotora que arrastra al resto de los vagones de la economía: la industria de la Construcción, cuya Cámara Nacional ha presentado a la Asamblea Nacional un Proyecto de Ley Marco para la Promoción y reactivación de la Industria de la Construcción y otros Sectores Conexos con rango de Ley Orgánica y cuya finalidad es remover los obstáculos que desincentivan la construcción de viviendas. Impulsar condiciones equitativas entre el inversionista y el promotor en la preventa y venta de inmuebles. Y lo más importante, promover la construcción en áreas de infraestructura turística, en institutos de educación, en centros de asistencia médica, vialidad, centros deportivos y puertos y aeropuertos. Así como desarrollar programas de construcción de viviendas para atender el déficit habitacional.
Por otra parte, este proyecto de País que hoy presentamos a los venezolanos, pretende lograr el restablecimiento de los mecanismos de mercado para favorecer el crecimiento productivo y, para tal fin, se apoyará en el fortalecimiento de la intermediación financiera por el sector bancario, para lo cual se establecerá una regulación que favorezca su solvencia, liquidez y eficiencia con criterios de inclusión, eliminando controles asfixiantes que afecten su rol e incrementen indebidamente sus costos. Se deberán restablecer los acuerdos de corresponsalías con la banca global para apalancar el comercio internacional y favorecer mecanismos de garantía y estímulo al comercio.
Los servicios públicos, especialmente en sectores como la electricidad y el servicio de agua potable, serán sometidos a medidas de emergencia que permitan su recuperación, incluso, a través de asociaciones público-privadas que garanticen su gestión universal en beneficio de todos los venezolanos.
Para construir una adecuada capacidad estatal, se promoverán reformas orientadas a reconstruir la gobernanza de la Administración Pública para transformar a ésta en una institución al servicio del desarrollo productivo de los venezolanos, en el marco de los principios de sometimiento pleno a la Ley y al Derecho, de participación ciudadana y de transparencia.
Vamos, en fin, a rescatar el Estado de Derecho, con una legislación trasparente que otorgue la seguridad jurídica imprescindible para que la inversión privada nacional e internacional sienta confianza en venir a invertir a un país con inmensas potencialidades, para revertir la tendencia de ser una nación, como hasta ahora, espanta capitales y volver a ser lo que fuimos durante los mejores 40 años de vida republicana: un país capta capitales, para que además podamos ofrecer esa nueva Nación a nuestros muchachos que se fueron porque no veían futuro en Venezuela.
Pensando en la dolorosa diáspora de compatriotas que han tenido que irse de su patria a aventurar a otras tierras, la fracción de la unidad democrática ha presentado, a la Asamblea Nacional, el Proyecto de Ley de Migración del Retorno. Es una Ley de transición que va a favorecer a nuestros compatriotas para regular y promover el retorno de todos ellos, sobre todo para que sepan nuestros muchachos y contemporáneos que el día de mañana, cuando vivamos en democracia, no se sientan desarraigados, para garantizarles la reinserción a su patria con toda dignidad. Este instrumento es importante, para que el mundo sepa que no abandonamos a nuestra gente y no avalamos el desastre y la depresión colectiva que ha significado esa diáspora, queremos garantizarles ese regreso, apalancados en la vía legislativa, para que vengan a ayudarnos en la inmensa tarea de reconstruir a Venezuela.
Son muchas las leyes que habrá que derogar y otras promulgar, no planteamos una nueva Constitución, porque la vigente se hizo de todos los venezolanos cuando el Presidente Hugo Chávez la quiso reformar, para hacerla involucionar y el pueblo se opuso a ello, provocando la primera gran derrota del régimen en una consulta electoral.
Ya llegará el día de tener un gobierno que la aplique y respete para que no sea letra muerta como hoy. Ese será el momento cumbre de la democracia, cuando podamos emular al gran constitucionalista que fue Andrés Eloy Blanco quien dijo, al promulgar la primera Constitución democrática de Venezuela, en 1947, palabras muy actuales, como las siguientes:
"La democracia está de pie en la encrucijada de las más trágicas codicias. Por eso, como las hermosas mujeres, tiene sus dientes y sus uñas para los sátiros de la voluntad de dominio. Pero ella sola no lo es todo. Cuando una Asamblea hace una Constitución, hace el espejo de un pueblo. Cuando se hace el espejo de un pueblo, tiene que haber un buen pueblo para mirarse en él. Cuando se hace una Constitución, se hace un código de moral, pero no se hace una moral; cuando se hace una Constitución se hace una norma de conducta; cuando se hace una Constitución, se hace una ley de buen gobierno, pero no se hace un buen gobierno. Es el uso de ella, es el empleo de las facultades que ella confiere, es el timón bien llevado, es la proa siempre puesta a la justicia, lo que de ella va a infundir la grave responsabilidad en la conducta de los gobernantes. Ella es la Constitución. Pero todo lo que se haga de acuerdo a sus mandamientos y atribuciones, ha de ser un acto constitucional".
Vamos a salir de esta pesadilla para no tener que repetir la triste admonición de Andrés Eloy, cuando decía que: "nuestra patria estaba más poblada en la gloria que en la tierra, la que algo tiene y nadie sabe dónde, si en la leche, en la sangre o en la placenta, que el hijo vil se le eterniza adentro y el hijo grande se le muere afuera”.
En esta propuesta del Plan País estamos todos, empinados por encima de antiguas diferencias, para que más bien podamos decir, con el pecho lleno de emoción venezolana, que nuestros muchachos volverán, porque sí hay futuro en la mejor nación del mundo como lo será, de nuevo, nuestra querida Venezuela.
Finalmente, recordemos lo que decía el filósofo español Julián Marías, discípulo del famoso Maestro José Ortega y Gasset, a la muerte de Franco y el renacer de la libertad en la Madre Patria: “con la llegada de la democracia se le ha devuelto España a los españoles”. Parodiándolo, digamos hoy al mundo que esta alternativa democrática será cada vez más amplia e inclusiva y, por ello, muy pronto con la democracia reconstituida, podamos decir: Le vamos a devolver Venezuela a los venezolanos.
Señoras, Señores.      

Antonio Ecarri Bolívar

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